Las acciones directas de reclamo por conflictos del trabajo se incrementaron en el último trimestre un 29 por ciento respecto del año pasado, de acuerdo con un relevamiento de la CTA Autónoma.

Por cuarto trimestre consecutivo, la conflictividad laboral fue impulsada por despidos, deudas salariales, suspensiones y quiebras.

Así se desprende del último informe del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma sobre conflicto, negociación colectiva y mercado de trabajo, según publicó Página 12.

El equipo de investigadores de la CTA relevó entre abril y junio pasados 209 conflictos laborales, con 462 acciones directas.

Comparado con lo que sucedió el año pasado la cantidad de conflictos se mantuvo o bajó, pero el número de acciones de reclamo tuvo un aumento anual del 29 por ciento.

Esta intensificación puede explicarse como reacción a los cierres y despidos.

De la misma manera, los reclamos salariales cayeron pese a la suba de la inflación.

Los trabajadores del Estado nacional, la industria y los medios de comunicación fueron los más afectados por cierres y desvinculaciones.

En la administración nacional, casi ocho de cada diez conflictos se originaron en cesantías: entre los casos más conocidos están los despidos en la Agencia de Noticias Télam, Atucha III y IV, Trenes Argentinos y el Astillero Río Santiago.

En el sector privado, los trabajadores de los medios de comunicación estuvieron entre los más golpeados: hubo despidos en Radio El Mundo y Radio Del Plata, Crónica y Publiexpress.

En el transporte se contabilizaron 13 conflictos, con 43 medidas de fuerza y la industria también continuó sufriendo cierres.

Estos tres sectores (trabajadores de los medios, de la industria y del transporte) sumaron el 70 por ciento de las situaciones de crisis en el ámbito privado.

Al explicar cómo midieron la intensidad de los conflictos, los investigadores apuntaron que consideraron más intensas «determinadas acciones que implican una mayor exposición de los cuerpos de los trabajadores frente a posibles represalias (tanto de los empleadores como de las fuerzas de seguridad), y la disposición de esos cuerpos al enfrentamiento y disrupción del orden que se les intenta imponer».

En ese conjunto entran movilizaciones, paros, piquetes, cortes, actividades en la vía pública y ocupaciones. Las medidas de menor exposición incluyen difusión de comunicados, advertencias sobre eventuales tomas de medidas, declaraciones de alerta, acciones legales o administrativas.

El informe marcó que, si el segundo trimestre se compara con el mismo período del año pasado, resulta que hubo más cantidad de medidas de acción directa.

Lo que aumentaron fueron principalmente los paros y las movilizaciones, que crecieron tanto en términos relativos como absolutos.

De las 462 acciones directas registradas, 254 ocurrieron en el sector público, 126 en el sector privado, 59 fueron medidas conjuntas –por ejemplo, reclamos docentes de escuelas públicas y privadas por la paritaria nacional– y 23 de trabajadores informales.