La campaña agropecuaria 2018-2019 se desarrollaría en un escenario climático neutral, levemente cálido, menos perturbado que el experimentado en las temporadas anteriores.

Así lo consignó el Informe Estacional del clima de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires efectuado por el especialista en agro clima, Eduardo Sierra.

«Hasta el momento, el escenario más probable para la temporada 2018-2019 (70 % de probabilidad) es que se mantenga un estado ´Neutral Levemente Cálido´, en el Pacífico Ecuatorial», dijo Sierra.

En tanto, señaló que «el Atlántico continuaría en una situación levemente cálida, dando como resultado una evolución mucho más cercana a lo normal que las temporadas precedentes».

No obstante enfatizó que «esta perspectiva aún no se encuentra firme y podría sufrir cambios de rumbo, que es necesario tener en cuenta a fin de que los mismos no nos sorprendan».

Por un lado, con una probabilidad del 20%, podría desarrollarse un episodio de «El Niño», que de ser acompañado por un calentamiento del Atlántico, produciría «la crecida de los grandes ríos y el anegamiento de áreas bajas interiores», por las mayores lluvias.

Menos probable, pero posible, con una probabilidad del 10 por ciento, es el desarrollo de un episodio de «La Niña», que podría causar sequía y bajante de los ríos.

«Frente a estas alternativas, será necesario mantener un estado de alerta, a fin de hacer frente, en forma exitosa a las alternativas que vayan presentándose», indicó el experto.

También precisó que «durante las últimas semanas, el escenario climático exhibió pocos cambios».

El Océano Pacífico Ecuatorial se mantuvo dentro del rango térmico normal, configurando un estado casi neutral, levemente cálido.

Por su parte, el Océano Atlántico Sur incrementó moderadamente su temperatura, debido al avance hacia el Sur de la corriente cálida del Brasil.

«De mantenerse esta combinación de factores moderados positivos, el régimen de lluvias mantendría un nivel cercano a su promedio histórico, aunque con una marcha algo irregular», especificó.

Evaluó que «esto reduciría el riesgo tanto de inundaciones como de sequías, produciendo una situación de equilibrio en la mayor parte del área agrícola».

Lo mismo sucedería con el régimen de temperaturas que, aunque incluiría numerosas entradas aire polar, que se prolongarán hasta bien entrada la primavera, no asumirían intensidades capaces de causar daños de consideración.