Por María Castiglioni*.

El presupuesto enviado por el Gobierno al Congreso contiene metas macroeconómicas prudentes y moderadas, lo que facilita el camino para que sea aprobado.

En líneas generales está en sintonía con lo que se viene anticipando el Gobierno, no es muy diferente con las declaraciones de los funcionarios nacionales.

Los supuestos macroeconómicos son bastante conservadores, se encuentran dentro de los escenarios que se pueden prever y básicamente confirman que el ajuste en el gasto se da en los rubros en subsidios.

Parte de esos subsidios que se recortan del gasto nacional serán financiados por las provincias: menores gastos en funcionamiento y en fondos para cubrir capital, cuestiones que también están en línea con lo anunciado.

En cuanto a los ingresos, se estima un aumento menor que la inflación, salvo los ligados a las retenciones a las exportaciones que permitirán generar 1,3 puntos porcentuales más del PBI.

Sobre las retenciones, este nuevo tributo es la variable clave que no se puede modificar.

Es un presupuesto que contiene una pauta de crecimiento prudente o moderado que es el adecuado dado la necesidad de tener un programa equilibrado.

Sobre la estimación del dólar a 40,10 pesos, es una proyección que está en línea con lo que puede ocurrir y dará mayor certidumbre. Actualmente el tipo de cambio está altísimo, por eso es posible que se ubique en torno a los 40 pesos.

Es un presupuesto equilibrado en el cual el propio Gobierno plantea los riesgos locales o internacionales, porque es difícil prever un escenario sobre todo con lo que viene ocurriendo.

El proyecto prevé una buena cosecha, que la economía brasileña crezca y la caída del 0,5% de la actividad está dentro de lo razonable, aunque habrá que ver como termina este año para determinar el arrastre estadístico, pero está en línea con lo lógico.

(*) – Especialista en finanzas públicas de la consultora C&T Asesores Económicos.