El Castelinho, obra de Estevão Silva da Conceição, un antiguo jardinero y albañil de 67 años, construida a lo largo de cuatro décadas en lo que fue su casa, se alza en medio de una empinada cuadra de Paraisópolis, la segunda mayor favela de San Pablo, donde se destaca gracias a baldosas coloridas y quebradas, platos de cerámica y piedras marrones instaladas en la fachada.

El lugar se ha convertido en una atracción turística por su parecido con el Park Güell, una de las creaciones insignia del arquitecto catalán Antoni Gaudí (1852-1926) en Barcelona. Pero este brasileño de bigote canoso y hablar pausado, nacido en Santo Estevão, en Bahia, no había oído hablar del genio español cuando puso en marcha su creación.

“Hice un trabajo parecido al de Gaudí, sin copiarlo. Hago lo que me sale de la cabeza”, diijo en declaraciones a la agencia AFP. “No estudié nada y pude hacer una obra de arte (…) Hoy, me siento un artista”.

fuente NA