La expresidenta Cristina Kirchner pidió hoy la nulidad de la causa que sigue el juez federal Claudio Bonadio por presuntas coimas en obras públicas, negó los cargos en su contra y denunció una «persecución judicial».

Así lo hizo a través de un escrito que presentó en la audiencia en la que fue convocada para prestar declaración indagatoria.

En el escrito, la exmandataria cuestionó que Bonadio -a quien calificó de «juez enemigo»- y el fiscal federal Carlos Stornelli estén al frente de la investigación y señaló que las actuaciones deben ser remitidas al juez federal Julian Ercolini, quien sigue las causas Hotesur y Los Sauces.

«A partir de la asunción del Ing. Mauricio Macri como Presidente de la Nación he sido sometida a una múltiple persecución judicial, sólo comparable a aquella que se llevó a cabo en tiempos en que se encontraba suspendida la vigencia de la Constitución Nacional», sostuvo además la senadora opositora.

Sobre la investigación por presuntas coimas en obras públicas, aseguró que «elegidos a dedo el juez (Bonadio) y el fiscal (Stornelli), estos decidieron armar una nueva causa y auto colocarse como competentes para manejarla y sacarla a la luz, como parece ser una costumbre en el fuero federal, cuando las circunstancias políticas resultaran apropiadas».

«En este sentido, la caída abrupta de la imagen del gobierno de turno, el agravamiento de los problemas económicos y las denuncias de corrupción en contra de las máximas autoridades de la alianza gobernante, en particular, la de una de sus figuras emblemáticas por haber recibido financiación para las campañas electorales de los años 2015 y 2017 a través de centenares de personas que negaron haber realizado dichos aportes se constituyó en la oportunidad perfecta», evaluó.

Tras denunciar «graves arbitrariedades» por parte de Bonadio en su contra en otras causas, la exmandataria apuntó contra la investigación que ahora sigue el magistrado.

«En el marco de este proceso, siguiendo las mismas prácticas delictivas de siempre, Bonadio dispuso arrestos ilegales, ordenó procesamientos infundados, trabó embargos millonarios y dictó prisiones preventivas ilegítimas, manteniendo incluso la increíble calificación legal escogida», señaló.

La senadora señaló que desde que asumió el presidente Mauricio Macri se dictaron en su contra «cinco procesamientos» y subrayó: «increíblemente, fui imputada y procesada en tres causas distintas por haber sido la jefa de la misma presunta asociación ilícita que, según se afirma en todos los casos, se habría montado para obtener dinero ilegítimo por parte de empresarios que recibieron contratos de obra pública entre los años 2003 y 2015».

Subrayó también: «pareciera ser que además de desempeñarme como jefa del Poder Ejecutivo por el voto popular durante ocho años, habría tenido el tiempo suficiente para liderar todos los emprendimientos criminales de los que ahora se me acusa».

«Semejante disparate, construido de una manera totalmente ajena al marco constitucional y legal vigente resultó posible habida cuenta de las interferencias que sobre la justicia viene desarrollando el Poder Ejecutivo de la Nación y en virtud de la protección mediática que todas estas operaciones han recibido en los últimos dos años y medio», añadió.

Para Cristina Kirchner, «estamos ante una nueva clase de magistrado: el juez enemigo, actor principal del lawfare, doctrina que se despliega a nivel regional como una nueva forma de eliminación y/o supresión de todo aquel dirigente, fuerza o movimiento político que se considere pone en riesgo el status quo sudamericano, que ahora se caracteriza por un fuerte retroceso en materia de derechos, conquistas y avances sociales logrados en el continente durante la primera década y media del siglo XXI».

«A diferencia de las últimas dictaduras que asolaron la región en la segunda parte del siglo XX y que se manifestaban eliminando físicamente a sus adversarios, en un novedoso y aceitado engranaje mediático-judicial se recurre ahora a la estigmatización, al juzgamiento de los medios y a la confirmación en sede judicial con un resultado: la eliminación política», señaló.

Cristina Kirchner dejó esta mañana su domicilio a las 9:25 y 10 minutos después arribó a los tribunales federales de Retiro.

Poco menos de una hora y 40 minutos después, la exjefa de Estado salió del edificio de tribunales y tras saludar a algunos de sus seguidores se retiró en el mismo automóvil que la había trasladado desde su domicilio.

Hasta los tribunales también habían llegado los dirigentes peronistas Juan Grabois y Eduardo Valdés, ambos ligados al Papa Francisco.