Un estudio del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CiberObn) ha señalado que el consumo de yogur y queso mejora nuestra salud y que las personas que más los consumen son aquellas que llevan un estilo de vida saludable.

El yogur y el queso, muy buenos alimentos

Estos alimentos lácteos poseen una composición nutricional muy particular. Nancy Babio, investigadora del CiberObn y profesora agregada del Departamento de Bioquímica y Biotecnología de la Universidad Rovira i Virgili, en Tarragona, explica que: “Aportan un elevado contenido en calcio que es muy difícil alcanzar mediante el consumo de otros alimentos no lácteos como determinadas verduras y frutos secos y que, además contienen lactosa que facilita la absorción del calcio en el intestino”. El yogur y el queso son productos fermentados y, por ello, “contienen bacterias probióticas. Según las evidencias científicas, muchos son los beneficios que se asocian a éstas, ya que no sólo reducen el número de bacterias patógenas de nuestro organismo, sino que interaccionan con nuestro metabolismo aportando diferentes beneficios, como podría ser la disminución de los triglicéridos en sangre”, añade.

Beneficios de tomar productos lácteos fermentados

Muchos son los efectos positivos que podemos conseguir si comemos este tipo de alimentos, especialmente para el sistema cardiovascular. En diversos estudios, “el consumo de yogur se asocia con una menor prevalencia de adiposidad central y total, de azúcar en sangre elevado, de presión arterial elevada y de hipertrigliceridemia y con un colesterol HDL (el denominado bueno) bajo; mientras que el queso se asocia con niveles inferiores de triglicéridos y de concentraciones de colesterol HDL superiores”, afirma la nutricionista.

Por su composición, varias investigaciones han determinado que: “El consumo de lácteos, especialmente de leche, podría disminuir el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal; el yogur podría promover la salud ósea, mejorar la calidad de la dieta, reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y la obesidad y contribuir a la digestión de la lactosa en personas con malabsorción”, indica Babio.

Su consumo diario

Babio señala que “las Guías alimentarias para la población española publicadas en 2016 por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), recomiendan el consumo de 2 a 4 raciones al día de lácteos de buena calidad (leche, quesos y/o leche fermentada), teniendo en cuenta que en determinadas situaciones biológicas como embarazo y lactancia se recomienda el rango de consumo superior”. Este número de porciones recomendadas es muy similar al que se baraja a nivel internacional, ya que las guías aconsejan tomar de 2 a 3 raciones diarias.

Estudio del CiberObn

Recientemente, investigadores del CiberObn de la Universidad Rovira i Virgili, junto con un total de 23 grupos de investigación nacionales pertenecientes al estudio Predimed-Plus(Prevención con Dieta Mediterránea), han realizado un estudio que constata los beneficios anteriormente mencionados. Para llevar a cabo este estudio, escogieron a 6.500 personas con una media de edad de 65 años que padeciesen obesidad o algún riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular por las siguientes razones: “La pérdida de peso y su mantenimiento a largo plazo como estrategia de prevención de la enfermedad cardiovascular, porque la presencia de factores de riesgo para el corazón es más común en personas de edad avanzada y porque los individuos con estas patologías tienen un riesgo incrementado de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes”, explica la especialista de la citada universidad.

Según ha señalado el CiberObn, las personas estudiadas llevaban una dieta sana y equilibrada, que además de seguir la dieta mediterránea y consumir lácteos, ésta estaba basada en “frutas, verduras y hortalizas, productos integrales, pescado, frutos secos, y menos alcohol y productos refinados, como el pan o el arroz blanco, galletas, entre otros”. Además, los investigadores también observaron que las “personas que consumían una porción de 50 g al día (aproximadamente cinco dados) de queso de varios tipos (fresco, curado, semicurado, manchego, requesón, emmental, etc.), tenían menos riesgo de tener hipertrigliceridemia y colesterol HDL bajo”, señala la institución.

Estilo de vida saludable

Los individuos estudiados llevaban un estilo y ritmo de vida saludable, ya que un indicador era que no solían fumar mucho. Que estas personas realicen un consumo diario de los productos lácteos fermentados se debe a que: “Probablemente están más concienciadas sobre la importancia de seguir un patrón dietético saludable”, concluye Babio.

Fuente: Colima noticias, México. 22-7-201