Una peregrinación que tiene como objetivo rechazar el fracking que propone el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, ya lleva recorridos 240 kilómetros en esa provincia y como emblema llevan un olivo que fue bendecido por el papa Francisco.

La iniciativa de los mendocinos que rechazan el sistema de extracción no convencional de petróleo y gas llamado fracking (perforación a tres mil metros de profundidad con agua a presión mezclada con cientos de químicos) tuvo como prioridad poner a la cabeza de esta marcha ambiental el olivo con bendición papal, que fue acercado desde la Capital Federal por la Fundación La Alameda, que encabeza Gustavo Vera -amigo del Sumo Pontífice-, y el gremio de Camioneros.

«Es más Alfredo Cornejo quiere aprobar el fracking porque esto lo usa para lanzar su candidatura a vicepresidente en el 2019. Esa es su estrategia irse de Mendoza. Es sólo ambición personal no busca el bien común», aseguró Esteban Servat, científico con diez años de experiencia en Silicon Valley.

Servat fue en su regreso uno de los organizadores de la resistencia ciudadana a la explotación de la tierra con este sistema contaminante y muy riesgoso para una provincia sísmica, que lo prohíbe por ley pero permitida por él gracias a un decreto aunque en proceso de revisión en la Corte provincial.

El peregrinaje partió a pie desde el pueblo Bowen en el departamento de General Alvear, el viernes 17 de agosto, en honor a los ideales de unidad y libertad que sembró el General José de San Martín.

Cada persona lleva consigo un poco de tierra de su localidad, y un poco de agua de su río o acuíferos, y para el sábado 8 de septiembre toda esa tierra se unirá para plantar el olivo en la plaza Independencia, de la ciudad de Mendoza.

La iglesia católica y el Papa dieron respaldo a este peregrinaje desde su inicio.

A mediados de mayo el obispo titular de la Pastoral Social, recibió en la sede de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Jorge Lugones, junto a Servat se sacaron una foto con un cartel que decía «Mendoza sin fracking».

En tanto, en junio, en el Día Mundial del Ambiente, en una reunión privada, monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia de Ciencias y Ciencias Sociales del Vaticano, recibió al científico junto a un referente de la ONG internacional 350.org, gracias al puente tendido por La Alameda.

El nuevo arzobispo mendocino, Marcelo Colombo, en su primera homilía defendió la casa común, como señala la encíclica Laudato Sí, como al agua.

En algunos pueblos los curas locales otorgaron sus bendiciones: primero partieron de Bowen a General Alvear, y luego a San Rafael, donde fueron bendecidos por el obispo de la región sur de Mendoza, Eduardo María Taussig.

El peregrinaje fue detenido por la Policía mendocina en distintas oportunidades pero al notificarse los efectivos que era encabezada por un olivo bendecido por el Papa permitieron su andar.

Sin embargo, en Villa Atuel hubo una citación a Servat, que obligaba a desviar su trayecto, mientras que en la localidad de San Carlos han sido detenidos y procesados en el pueblo una docena de activistas por el agua anti-fracking.

Los organizadores remarcaron que las inversiones que prometen las empresas petroleras internacionales a Cronejo son millonarias, pero todo a costa de explorar a 3 mil metros de profundidad en la provincia sísmica con un sistema que perfora en las profundidades de la tierra y justamente por su riesgos para al ambiente y los seres humanos.

De hecho, esta actividad está prohibida en países desarrollados. Meses atrás un estudio del Departamento de Irrigación de Mendoza, filtrado a la opinión pública por la ONG EcoLeaks, comprobó la contaminación en el agua con las primeras pruebas de fracking.

El tramo final del peregrinaje por el agua será el sábado 8 de septiembre en el centro de la ciudad mendocina.

Tras la plantación del olivo de la paz y los discursos se entregará un petitorio a los legisladores provinciales para sostener la prohibición al fracking.

Ese día, justamente en la misma ciudad, se realizará la cumbre de «sherpas» del G-20, que son los negociadores de los presidentes, quienes tendrán un encuentro estratégico.

Allí se estima que «negociarán políticas con un enfoque en el impulso del fracking y omitirán toda referencia al cambio climático, como ocurrió en la pasada reunión del G-20 en la ciudad de Bariloche», remarcaron distintos dirigentes sociales que participan de la caravana ambiental.