Cámaras pymes criticaron hoy la decisión del Gobierno de recortar reintegros a las exportaciones y advirtieron que la medida puede «empeorar la situación» que atraviesan las industrias.

El presidente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica Argentina (CAMIMA), José Luis Ammaturo, señaló que «hay gran preocupación entre las pymes metalúrgicas por la decisión de reducir los reintegros a la exportación».

«El país necesita dólares y la exportación de productos industriales es la mejor forma para el ingreso de divisas, además de un gran fomento a la producción local», afirmó el dirigente.

Agregó que «la industria metalúrgica atraviesa un momento de baja en la actividad y la reducción de los reintegros a la exportación puede empeorar esta situación».

Indicó que «más que nunca las pymes necesitan un apoyo muy fuerte para la exportación de productos industrializados» y reclamó que «se revea la medida y que se creen herramientas que, por el contrario, refuercen las exportaciones».

«El reintegro a las exportaciones es una medida que alienta la venta de productos nacionales en mercados externos y, si se mantiene la decisión de reducirlo se desalentará la actividad exportadora, al tiempo que se perjudicará la competitividad con otros países con los que ya es complejo emparejar las condiciones de venta», manifestó Ammaturo.

El secretario General de CGERA, Raúl Zylbersztein, manifestó que «las recientes medidas tomadas por el Ministerio de Hacienda destruirán puestos de trabajo y deteriorarán la generación de riquezas».

Manifestó que «al alicaído mercado interno, ahora se le agrega una palada más de tierra a las exportaciones industriales, que se ven castigadas con la baja de reintegros».

Aseguró que «a las exportaciones agropecuarias y a las mineras no se les pide ningún sacrificio para paliar el déficit fiscal y continúan con sus esquema de baja de retenciones».

Recordó que «inclusive dentro de la estructura de exportaciones agropecuarias, el presente DNU le da el mismo valor al poroto de soja, que a la primera generación de valor, como la harina o el aceite; ya ni siquiera ese primer proceso es cuidado desde el Ministerio de Hacienda; que le queda entonces para las industrias pymes que realizan bienes finales de consumo».