El presidente de PepsiCo Alimentos para Centroamérica y Sudamérica, Roberto Martínez, sostuvo hoy que «hay cosas estructurales que la Argentina debe tratar de trabajar» para mejorar la competitividad, y aseguró que la firma «cree en el país a largo plazo».

«Estamos creciendo este año en toneladas. Nuestra expectativa es seguir haciéndolo», subrayó el empresario en diálogo con NA.

En ese sentido, resaltó: «Nuestra visión es de largo plazo. Hay coyunturas que se deben saber manejar».

Ejemplificó, así: «No porque una persona salga al mar y le agarre un viento fuerte, va a pegar media vuelta y volver al puerto», mientras destacó que «uno no invierte por el día, el mes o el año, se invierte por una proyección futura y una apuesta a largo plazo».

«Pueden pasar algunas cosas, pero vemos que es un mercado grande y atractivo», aseguró en el marco de la inauguración de la expansión de una de las plantas de la empresa en Mar del Plata.

Según su consideración, «hay cosas estructurales que la Argentina debe tratar de trabajar para ser competitivo en muchos lugares».

«Invertimos todo lo que invertimos para estar en el país por muchos más años y creemos en el país a largo plazo», enfatizó Martínez.

«Hay variables que no controlamos y una de ellas es la macroeconómica», señaló, mientras puntualizó que «la devaluación del peso tuvo un impacto en los costos».

Analizó que, ante esa situación, se debe «ver exactamente cuál es el impacto y acomodar lo necesario para seguir siendo competitivo en el mercado».

«Queremos mejorar nuestra estructura de costos a partir de lo que nosotros hacemos. Ser más productivos y llegar de una forma al mercado más rápido y más barata», indicó.

Además, precisó que en los últimos 18 meses la empresa invirtió 28 millones de dólares en Mar del Plata, planta que en la actualidad cuenta con 750 empleados, y el 33 por ciento de ese total son mujeres.

Sin embargo, advirtió que «la presión impositiva es alta» y argumentó que «si se mira veinte años atrás, se siguen hablando de esas cosas».

En tanto, evaluó que «el consumidor tiene una actitud dual», al tiempo que afirmó que ello implica «darle el producto a un valor que está dispuesto a pagar y, por otro, lado innovar».

Al ser consultado respecto del cierre de la fábrica concretado el año pasado, indicó: «Teníamos que, lamentablemente, tomar una decisión muy difícil, pero cuando se miraba cómo crecer en la Argentina, esa planta tenía muchas imposibilidades para hacerlo».

«Fue una decisión muy dura», insistió el empresario, quien argumentó que las variables tomadas en cuenta para tomar esa determinación se vincularon con que «los insumos están cerca de Mar del Plata, lugar en el que hay un parque industrial y está la posibilidad de la expansión en metros cuadrados varias veces».

«Tener que cerrar la planta no fue fácil. Lamentamos el impacto en las familias, pero a un año y pico de eso, hicimos lo correcto», apuntó.