Promediando el tercer trimestre del año, la actividad inmobiliaria rural no logró alcanzar los niveles de reactivación esperados desde un comienzo.

Así lo indicó la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), que además consignó que esto se da «con resultados claros de freno en toda la actividad».

«Lo que oportunamente se presentó como un ligero indicio de reactivación en el sector, registrado hasta el mes de abril de este año, comenzó a diluirse en forma significativa con las reiteradas devaluaciones del peso argentino frente al dólar», indicó la entidad a través de un comunicado.

CAIR destacó que «dentro de este período se notó que los valores de los campos fueron en descenso, en línea con lo que se venía produciendo en los últimos años».

«En este contexto, la concreción de operaciones inmobiliarias rurales se han frenado, produciéndose situaciones tales como por ejemplo aquéllas en donde diversos compradores presionan para obtener una rebaja en los precios y en forma simultánea, los vendedores, persiguen el afán de obtener valores similares a otros períodos», señalaron los dirigentes inmobiliarios rurales.

Dijeron que «una consideración especial a esto la merece la zona núcleo, donde los campos de mayor importancia y calidad han logrado mantener su valor constante, o la baja de aquéllos ha sido insignificante», dijeron.

Por otro lado perciben que a diferencia del resto del país, otras áreas han sufrido una disminución en los precios, potenciándose esto aún más en las zonas marginales.

Además, «los plazos para concretar las operaciones de compra y venta se han alargado en demasía, sumado a que también se registra un aumento en la oferta de campos, mientras que la demanda se presenta escasa y selectiva».

«Desde CAIR podemos afirmar que en el presente se concretan menos operaciones inmobiliarias en el sector rural y en general se realizan algunas por debajo del valor tasado. Como corolario de esto, existe en el mercado una resistencia por parte de los vendedores a reconocer o aceptar esta rebaja», añadieron.
Hacia el futuro analizan que la actividad inmobiliaria rural tiende a mejorar porque «si las condiciones climáticas siguen acompañando, habrá una muy buena cosecha con el consecuente impacto positivo en diversos sectores de la economía nacional, donde está incluido el ámbito inmobiliario rural».